He conocido a una mujer de terracota. Se ha hecho a sí misma con el rojo, el naranja y el negro. Es de fuego y aire y se sostiene de mi brazo como hilo de cometa.
Es una mujer bordada de misterios y silencios que me seducen y me inquietan, que me hacen barro en sus manos.
Lleva el cabello salvaje y libre como es ella, con matices rojizos,marrones, con sus faldas rojas, sus botas negras, y piezas de rojo, de verde en sus muñecas.
Lleva una perla en un hilo al cuello, los pies más hermosos que he visto en sandalias, y siempre envuelta en una chaqueta.
Mi mujer se recoje el cabello al comer, y no mezcla los alimentos. Habla con dulzura alta y de hermosa manera. Nada la detiene, nisiquiera las nostalgias en las que se pierde a veces cuando oblicua la mirada.
Quiere mucho a sus amigos, respeta a sus padres. Tiene una hermana que es una flor de azúcar y con quien pelea y se abraza.
Es una mujer de terracota, con sus oscuridades secretas y llena de luz, que bebe Ron y escucha Rock, que baila salsa divino.
Esta mujer me mira con los ojos llenos de futuro, de puertas abiertas, de cielo. Se abraza a mi pecho y se me entrega. Me mira y me dice "Soy tuya, entera".
Me besa con deseo y me toca con hambre. Me ama y no me suelta, ni lo hará. Me tiene guardado adentro, en donde he hecho casa, muy adentro.
Tengo una mujer de terracota, a quien miro, observo, deletreo y aprendo. Soy el aprendiz de ella. Hago mi plana en cada poro de su cuerpo.
jueves, 12 de noviembre de 2009
Meneo
Te tomé por la cintura, mis manos cerca de tus piernas, sintiéndolas a centímetros de mis manos, que subían y bajaban por tu espalda, por los omoplatos y esa apertura antes del final de ella.
Te daba vueltas agarrando tu cintura, tus caderas, haciendote girar y girar, dándote vueltas mientras te robaba besos cortos y tu boca más me quería.
"Mi corazón y mi cuerpo es tu casa", me dices ahora que eres mía. Seguimos girando el uno en el otro, adentro y afuera hasta el final de nuestros tiempos.
Tu cuerpo es mi casa. "Porque tu la habitas", me dices, es que te expandes y te haces aire y fuego sobre mi.
Te sigo girando, dando vueltas, bailamos al unísimo.
"Me meneaste", me repites siempre.
Te meneo cielo, nos meneamos.
Somos el mismo ritmo, la misma danza.
Te daba vueltas agarrando tu cintura, tus caderas, haciendote girar y girar, dándote vueltas mientras te robaba besos cortos y tu boca más me quería.
"Mi corazón y mi cuerpo es tu casa", me dices ahora que eres mía. Seguimos girando el uno en el otro, adentro y afuera hasta el final de nuestros tiempos.
Tu cuerpo es mi casa. "Porque tu la habitas", me dices, es que te expandes y te haces aire y fuego sobre mi.
Te sigo girando, dando vueltas, bailamos al unísimo.
"Me meneaste", me repites siempre.
Te meneo cielo, nos meneamos.
Somos el mismo ritmo, la misma danza.
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