martes, 22 de septiembre de 2009

Training

Uno lleva un training. Abrir los ojos y cerrarlos haciendo creer que ya no vemos nada. Seguimos viendo lo que mirábamos. Hasta que abrimos los ojos otra vez y entonces ya no vemos nada. Uno viene desde el sueño a veces, una escena en vivo de la memoria en la pantalla en la cabeza. Actúa su parte desde el dictado que nos apunta el pasado. Vive su soundtrack propio.
En este cortometraje de muertos, procuro romper el cuadro que un desconocido filma sin enterarnos. Este insomnio de Té, de zapping lamentable por canales del cable, tiene una razón y motivo. Suena Chet Baker, su trompeta.
Amanecemos antes del alba. Voy tomando en la mano el Sol, lo unto con el viento entre las ramas y los pájaros que ya no cantan, y te lo ofrezco al despertar de desayuno para que seques el sudor de tus ropajes al llegar ante mi casa.
Me levanto y nunca llegas. Me quedé dormido en un bodrio de Hallmark en donde aparece una muchacha con el mismo entornar de ojos que los tuyos y en donde quien me filma y escribió esto, decidía que me dormía y te soñaba llegando ante el timbre dañado enmarcado por la rejas de la casa. Que tampoco existe. Como tampoco la taza vacía de Té al borde de la mesa, a lado del control remoto del cable que ven mis ojos amargos, tan abiertos.Tan entrenados desde la falta de sueño y los motivos