martes, 15 de diciembre de 2009

Mafia china en Madrid

He descubierto una mafia china en Madrid. Poco antes de venir de visita a Caracas a darle una vuelta a mi hija y a mi nieta, ocurrió un suceso inesperado. Desde hace años, al cruzar la esquina, hay una tienda de chinos en el barrio. Son callados, amables, circunspectos. Un día golpearon a uno de ellos y fue robado. Le quitaron lo que tenía de la venta del día en su camino al banco. Fueron los gitanos. Quedó maltrecho el pobre chino. Todos en el barrio lo lamentamos. Yo soy castellana vieja, pero he aprendido a aceptar a los otros en mi barrio, más cuando venden tan bueno y tan barato. Cuando lo golpearon, llamamos a voces a los guardias, a la policía y nadie apareció. Y qué podíamos hacer nosotros, todos viejas y viejos de la calle sino gritarles hijodeputas a esos pillos. Me recordaron mis tiempos en la República, mi esposo y yo huyendo de los hombres de Franco, escapando de sus manos por ser socialistas. Poco faltó para que nos fusilaran esos, luego de deshonrarnos tanto entre nuestros mismos hermanos y traicionarnos. Pero, días antes de llegar yo aquí, las cosas cambiaron. Una tarde venían los gitanos esos caminando por el barrio, con cara de querer hacer maldades al mismo muchacho de la tienda, y llegaron varios chinos y los rodearon. Los golpearon como en las películas, !cómo en las películas! y solo les dijeron unas palabras:

- si tu tocar a chino otra vez, nosotros hacer lo mismo de nuevo.

Los gitanos corrieron y no han vuelto.
Al llegar a estas tierras, mi esposo siguió siendo el mismo hasta su muerte, yo he cambiado un poco con los años, con los tiempos que también cambian. Me regresé a Madrid a pasar mis últimos años, aunque visito a las mías de tanto en tanto. Me gustan mis temporadas aqui, recordando a mi esposo y como, por ejemplo, el le enseñó a mi nieta a preparar desde niña una bomba molotov. A defenderse.
Soy castellana vieja, pero al llegar a cualquier parte me gusta comprar donde los chinos. La tortilla que os comes por ejemplo, compré ingredientes en sus mercados. Los miro con respeto. Saben lo que significa ser deshonrado. Y no es cuestión de chinos o no el hecho de la mafia en Madrid, es la cosa nuestra, de hombres y mujeres, de no dejarnos, en fin , joder tanto.
He escuchado a varios tarareando en español esta mañana en el mercado. Tienen también su mafia aquí. Estoy pensando en llenar una planilla y afiliarme. Tienen que tener alguna suerte de formulario.