miércoles, 24 de marzo de 2010

Respuesta de la lluvia

Desde el mar, miraba hacia la otra orilla imaginando esos ojos que todo lo traspasan.
Me mojaba de sol y de llovizna.
Sí, aumenta el deseo cada día. No, ya no estarás más nunca sola.
Ya no abrán más ausencias ni partidas.
Ya no esperarás por nadie nunca más: me hago en tu piel, toda la lluvia.

Lluvia, por Santísima Rivero

Llueve. Y yo acá veo como se escurre y se extiende en mi cuerpo, el deseo. Se lava ante la ausencia, ante la espera. Duermo con el sonido de las gotas, concentro mi oído para escucharlas, que me arrullen, para olvidar que descanso sola. ¿Desvanecen o aumentan con el tiempo las ganas?, tus ganas y las mías. Ahora sintiendo placer en toda mi piel. Me mojo bajo la lluvia, ya que no puedo mojarme en ti.

01/08/09

Sueño de uno

Cruzamos la calle y encontramos al lugar. Comemos shaguarma, falafe, crema de ajonjolí, de berenjena, de garbanzo. Veo la salsa en las comisuras de tus labios y la lamo, la bebo. Quien fuera un sufí, me digo, quien con solo entonar palabras pudiera traerte y llevarte. Hacerte una casa adentro, arrellanarme entre tus costillas. Entrar en tu garganta y curarla de toda ronquera. Tomar tus hombros y espaldas y frotarlas para relajarlo todo. Ser tu alimento y llenarte de proteínas. Sueño todo esto y lo acometo cada día, haciendo realidades del sueño y viceversa.
Bebo cervezas contigo mientras llegan tus amigos. Te escucho contar tus historias, esas que deberían estar en papeles para ser leídas, mientras veo tus cabellos libres bailar con el viento que ha vuelto a la ciudad. Llegan los amigos, vamos a otro sitio. Y te veo convertirte en tus cabellos, te veo bailar y bailar sin frenos, sin aspavientos, sin verguenzas. Te veo hacer de tu vida tu propio sueño.
Duermes ahora, y seguirás durmiendo y solo pienso en habitar en ellos. Te veo vestida, te arreglas, salimos, conversamos, tomamos, reímos y llega la noche en donde pueda hacer de tu cuerpo tibio mi lugar, mi casa a donde volver siempre, el lugar en donde vivo. Te duermo entre mis brazos, caliente contra mi pecho.
Y en tus sueños vivo, he hecho también casa. Somos, al final de cada sueño y en su principio, uno solo haciendo realidad, contigo y conmigo. Uno.