martes, 3 de noviembre de 2009

Magreo

Tu cuerpo largo de avena, soplado por el viento y la sal que tus sudores condensan.
Mi cuerpo tuyo, hecho del barro que moldeas.
Nos hacemos juntos, nos formamos magreados en cualquier lugar o espacio de las calles o los cuartos o los espacios que hacemos nuestros.
Habitamos en las manos del otro.
Somos el final de la carencia.
Somos en las palmas del otro, siempre cerca, en tensión el cuerpo, esperando acaricarnos y otorgarnos el reposo, la dicha de los cuerpos, la felicidad de los amantes,el deseo. Que es solo nuestro.