martes, 5 de octubre de 2010

El velorio

Tomó las balas del revólver del padre velado anoche, las retiró del tambor luego de quitar el seguro y abrirlo, como observó con cuidado día a día, tomó sus témperas y un pincel e inició con hambre sus labores.
Afuera del cuarto aún el llanto de la familia.
Recogen los socios del muerto sus pertenencias: un pasamontaña, guantes, los zapatos de correr, más revólveres.
En el cuarto la niña despliega periódico en el piso, escoge los colores marrones, ocres, y ordena las balas.
¿Qué haces hija?
Nada mami, responde salivando, sólo pinto unos frijoles.