martes, 29 de diciembre de 2009

duermevelas

Te intento levantar: te voy dando pequeños besos en el rostro mientras lo arrugas y pides más tiempo para el sueño. Voy a la cocina a sacar las cosas mientras sigues durmiendo: el pan, la nata, el queso, el jamón de pavo, el jugo. Luego vuelvo a levantarte, pues el tiempo corre: te levantas, te preparas para el baño. Yo caliento el agua y enciendo las hornillas. Entro mientras te desenrredas el cabello y te baño, te enjabono mientras te beso, acariciando tu piel con la espuma. Salgo primero, me seco, termino de preparar las cosas frugales que desayunaremos. Te vistes, me afeito.
En esos andares vamos. En el transitar del día, las idas del almuerzo, el lavar platos, la duermevela de la tarde, volver a vernos unos minutos, ansiarnos otros, volvernos a ver, acompañarnos, ser pareja.
Hoy despertamos sin el otro y la ansiedad carcome.
Nos esperamos como se espera la llegada de la primavera, pero cada día, cada hora de tiempo que se espera es un respirar de rocío que se seca en la piel mutua que vamos haciéndonos para los tiempos del frío.
Para cuando vengan, si han de venir, seremos un solo abrigo.

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