Desde el mar, miraba hacia la otra orilla imaginando esos ojos que todo lo traspasan.
Me mojaba de sol y de llovizna.
Sí, aumenta el deseo cada día. No, ya no estarás más nunca sola.
Ya no abrán más ausencias ni partidas.
Ya no esperarás por nadie nunca más: me hago en tu piel, toda la lluvia.
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