lunes, 27 de julio de 2009

Esta lengua que me aprendo

Me sé el menos aventajado de tus alumnos.
Me cuesta deletrearte el cuerpo.
Soy torpe, lo sé, y me lo recuerdan apropiadamente amigos más avezados.
Pero uno te sabe en el paladar y empieza a chuparte como durazno que se abre.
He visto el punto exacto en donde disfrutas la caricia y se blanquean tus ojos, y aún así me miras.
No conozco las artes de subir balcones y por eso las alturas gramaticales de tu cuerpo me hacen trizas.
Te espero al final del parque y, cuando nadie te mira, te rapto y violo detrás de un banco, en los últimos árboles, hacia una esquina. Tapo tu boca y te acaricio. Sólo entonces habla tu cuerpo para mi, te entiendo y puedo aprenderte cada día.
Así, siempre ando al acecho. Sé muy poco de metodologías. Solo cumplo con devolverte, magreada pero vestida.
Así aprendo a escribirte, lengua mía: del balcón donde te miro y no comprendo, a la cama de hojas en que te acechan manos y boca que aún así son tuyas y no mías.
Sólo desde el rapto te comprendo, solo desde el deseo puedo leerte y hacer de tus palabras un hervidero de saliva.

2 comentarios:

  1. rafa.....los unicos que he visto con hervideros de saliva son los perros con mal de rabia..... pero creo que te estas haciendo el loco hablando de lenguaje cuando me parece que te estas refiriendo a otra cosa..... no entiendo que es eso de ...."durazno que se abre"..... yo me la paso tambien viendo programas de "Cold Case Files".... saludos...

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  2. perdona ricardo que te haya llamado rafa..... resulta que mi "rafa" no era rafa de rafagas sino rafa de rafael..... me interesa leer eso de Yeats pero tu texto es un poco largo y estoy recorriendo este pequeno laberinto de paginas de un blog que remite a otro y este otro a otro y ese otro..... cordialmente jrs

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