jueves, 13 de agosto de 2009

Música de la poesía, por T.S.Eliot (traducción de Natasha Tiniacos)

El tipo de poesía que recibimos es determinada, de vez en cuando, por la influencia de una u otra literatura contemporánea en una lengua extranjera; por circunstancias que hacen un período de nuestro pasado más comprensivo que otro; o por un énfasis prevaleciente en la educación. Pero hay una ley de la naturaleza más poderosa que cualquiera de todos estos hechos, influencias foráneas o del pasado: la ley de que la poesía no debe apartarse muy lejos del lenguaje cotidiano que usamos y oímos. La poesía acentuada o silábica, rimada o arrítmica, formal o libre, no puede perder contacto con el lenguaje cambiante del intercambio común entre personas (Eliot 110).

Puede parecer extraño que cuando profeso hablar sobre la “música” de la poesía ponga tal énfasis en la conversación. Sin embargo, debo recordarles, primero, que la música de la poesía no es algo que existe distante al sentido. De lo contrario, podríamos tener poesía de gran belleza musical que no tiene sentido, y nunca me he tropezado con ésta. Las aparentes excepciones sólo muestran una diferencia de nivel: hay poemas cuya música nos conmueve y damos por sentado su mensaje, así como hay poemas que nos cautivan por su sentido y nos conmueve su música sin siquiera notarla (110).

(…) Si nos conmueve un poema, ha significado algo, quizás algo importante, para nosotros; si no nos ha movido, entonces es, como poesía, insignificante. Podemos sentir conmoción al escuchar un poema en una lengua de la que no entendemos palabra, pero si nos dicen que ese poema es confuso y oscuro y no tiene sentido, podemos considerar que hemos sido engañados. Eso no era un poema, era acaso una imitación de música instrumental. Si sólo una parte del sentido puede expresarse al parafrasearlo, es porque el poeta está ocupado con las fronteras de la conciencia en la que fallan las palabras, pero el sentido aún existe. Un poema puede parecer que signifique muchas cosas diferentes para diferentes lectores, y todas estas significaciones quizá sean diferentes a las del autor. (…) Las diferentes interpretaciones probablemente sean una formulación parcial de una cosa; las ambigüedades tal vez se deban al hecho de que el poema signifique más, no menos, de lo que el discurso común puede comunicar (111).

La inmediación entre poesía y conversación no es un asunto en el que podemos trazar leyes exactas. Cada revolución en la poesía es apta para ser, y a veces se anuncia ser, un regreso al discurso común (111).

Ninguna poesía, por supuesto, nunca es exactamente el mismo discurso que el poeta habla o escucha: pero tiene que estar en relación con el discurso de su tiempo para que el oyente o el lector pueda decir “así es como yo debería hablar si pudiese hablar poesía”. Esta es la razón por la que la mejor poesía contemporánea nos emociona y nos da un sentimiento de realización diferente a cualquier otro provocado por la poesía de otras épocas (112).

La música de la poesía, entonces, debe ser una música latente en el discurso común de su época (112).

Traducido de Selected Prose of T. S. Eliot.
Ilustración: Tony Fitzpatrick, Boeuf Gras, 2008, técnica mixta y collage sobre papel.
12 comentarios Etiquetas: Poética, Traducciones

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