martes, 7 de julio de 2009

Lena Yau, palabras en el Instituto Cervantes, Pekín-Shangai-Madrid

El camino a China comienza en una foto y en la reminiscencia de un olor que años atrás mezclaba el aquí, el allá, el hoy, el ayer, las dos partes de lo que soy.Un verano, hojeando el periódico, tropecé con una foto.La foto mostraba a una chica limpiando una carnicería judía en La Habana.Esa imagen escondía historias no estaban contadas.No podía apartar los ojos de la foto, la estrella de David en una isla del Caribe.Traté de dormir pero mi cabeza bullía. Nada me calmaba.Me levanté de la cama, recogí la foto y decidí hablar por ella.Escribí un relato que borré porque me pareció largo.Recordé las fotos que acompañaban a Barthes en el libro Barthes por Barthes.Quería hacer algo así.La foto, el relato de la foto, tenía que ser breve, usar la letra para contar una historia sin contarla, contenerla.Como la imagen.Lo escribí y me pregunté, ¿y ahora qué?Guardada en el ordenador, esta historia, no vive.Necesitaba compartir lo que la foto me había hecho sentir, la inquietud.Necesitaba saber si alguien más sentía el alborozo que me recorría.Pensé que tal vez la foto me impactó por inesperada.Por encontrármela al azar, entre tantas imágenes que soporta el periódico.Si la hubiera visto en una exposición me habría gustado, habría sentido curiosidad, me habría aproximado a ella con la mirada serena, porque de algún modo, me preparé para verla, fue mi decisión, yo fui hacia ella.Pero no era el caso.La foto me asaltó, se inmiscuyó en mi ánimo dominical, interrumpió mi lectura lineal.El salto lo cambiaba todo.Los planes de lectura, los pensamientos.No quería escribir un cuento al estilo tradicional.Quería escribir en un soporte ligero, rápido, dinámico, inmediato, de doble vía, impactante y fugaz.Como la oralidad.Entonces recordé que haciendo una búsqueda en google di con algo que desconocía y que me fascinó: los blogs.Los primeros que leí eran diarios personales.Al leerlos detenidamente observé que se abrían en temáticas.Diarios personales de madres primerizas, de personas que adoran tejer, de fotógrafos amateurs, de cultivadores de cactus, de emigrantes.Estos últimos llamaron especialmente mi atención.Personas de distintas procedencias en países ajenos.
Al comienzo sólo hablaban del caos interior que supone una mudanza.Del desarraigo.De las barreras idiomáticas.Pero en la medida en que el tiempo transcurría, los autores de estos diarios, abrían la mirada.Miraban hacia afuera, hacia su nuevo contexto, lo recogían y lo transmitían.La reelaboración de los recuerdos y de la realidad particular de cada uno de estos blogueros implicaba una forma de comunicación diferente y una escritura que, aunque no era literatura, comprendía algunas de sus características.Discursos apoyados en imágenes fotográficas propias, colores, diseños, canciones y una redacción muy cuidada, a ratos intimista, a ratos ficcionalizada.La ficción asoma desde el mismo momento en que el bloguero usa un seudónimo para firmar cada entrega, desde que da título a su página, desde que le otorga personalidad con enlaces y citas, desde que edita sus fotos para, otra vez, insinuar relatos.Entendí que quería hacer algo así.No un diario personal.Quería escribir como autora de ficción desde allí.La primera historia que publiqué fue la que mencioné al principio.La reminiscencia de un aroma que cinco años atrás juntó en un momento mis partes.Un invierno madrileño decidí hacer un plato decembrino típico venezolano.Hallacas.Intentaba llenar de calidez mis navidades españolas.Trasladamos el ritual a Madrid.Se cocina con música típica, se bebe ron, se reúnen los amigos para ayudar a hacer un plato colectivo.Tras dos días de trabajo, terminamos las hallacas y extenuados, nos acostamos de madrugada.Al día siguiente mi casa olía a mi pasado.Corrí las ventanas para buscar el sol.El paisaje era mi presente.Madrid estaba nevado.Ese día me di cuenta de que mi país eran dos países en uno.Hija de emigrantes españoles, en casa jamás se hicieron hallacas.Al intentar imponerlas como realidad única el paisaje me contestó.Escribí la experiencia a modo de presentación.La primera piedra del camino estaba puesta.La segunda fue el texto de La Habana.Un relato breve sobre la paz que recuperó un alguien en Israel al saber que su prima en decimo tercer grado que vivía en La Habana tenía una carnicería que observaba la ley.Aunque no la conocía sintió alivio cuando vio la foto en el periódico.Así supo que su sangre del Caribe no comía alimentos impuros.Igual que en el ejercicio escritural, el corpus del blog se fue creando desde adentro y no desde afuera.Siempre he pensado que la escritura funciona con mecanismos similares a los del sueño.Así, sin ser consciente del por qué, llamé al blog Mil Orillas y comencé a escribir y a publicarpequeños textos de ficción, a veces narraciones, otras poesías, apoyados con imágenes.Al cabo de diez o doce textos noté que la temática giraba en torno a lo gastronómico.Al cabo de veinte observé que no se trataba sólo de gastronomía sino de la vinculación de la misma, del alimento, del hecho culinario, con la palabra.Y después de ello concluí que era una tríada:Alimento, lengua y tierra.(El refugio).A partir de esas tres cosas surgía el motor de cada historia.Patologías, emociones, imágenes.Las pérdidas, los refuerzos, las identidades.Comprendí que las Mil Orillas eran las mil lenguas, con las que hablamos, con las que gustamos, con las que nos decimos.Mis orillas venezolanas y españolas a la vez, alemanas, chinas, cubanas, inglesas, australianas.Lo que soy, lo que somos.Mil orillas que escriben para Mil Orillas que leen.Comencé esta andadura, a ciegas, sin conocer muy bien el mundo blog, sin saber nada de html.Sentí la urgencia, me dejé llevar por la pulsión, y en una noche monté la página.Los primeros meses publicaba un texto por semana.Llegaron los lectores y sus comentarios.Al principio, el público se dividía entre Venezuela y España.Me leían expatriados, gente vinculada al mundo gastronómico, emigrantes.No sé muy bien cómo pasó, pero de un día para otro, el público varió y los comentarios se triplicaron.De un perfil muy definido de lectores pasé a un público heterogéneo.También los textos que publicaba al principio fueron evolucionando.Comencé a experimentar hasta llegar a lo que hoy se puede leer en Mil Orillas: Textos en los que prosa y poesía se invaden constantemente.Al comienzo sólo escribía lo que llamé Gastroficción: relatos cortos en los que el mundo de la alimentación era punto de partida.Comemos (se supone) tres veces al día.Detrás de esas tres veces hay un universo que va más allá de la estética y ética culinaria que todos conocemos, del glamour del mundo gourmet, o de los tintes mágico-románticos que se han trabajado hasta ahora.Desde afuera hacia adentro, el acto alimentario, implica industria, relaciones laborales, relaciones sociales, relaciones internacionales, políticas, poder, orden.Desde adentro hacia fuera, filias, fobias, identidad, arraigo, empatía, comunicación.La alimentación es una fuente inagotable de temas, ideas, contextos.Luego me atreví con poemas.Algunos con la misma temática, otros no.Y finalmente comencé a alternar gastroficción y poesía con una historia por entregas.La historia de Juan, un pintor que durante un encierro no voluntario engorda exageradamente, que cuando recupera la calle intenta pintar el mar pero sólo es capaz de pintar tenedores, que se enamora de una carnicera tartamuda y en el intento de conquistarla mete la pata sucesivamente. Desesperado, busca ayuda en su escritora favorita, MEC, una mujer llena de fobias y experta en el amor y el fracaso.La historia de Juan es la base de un segundo blog, letra flotante, el blog de MEC.Desde allí la historia se cuenta con la voz de la escritora.He publicado también seis entregas de un libro de relatos que trabajo, Crónicas Tristes y dos de un poemario, Light house tales.Finalmente la ficción más cercana a mí persona está en los textos etiquetados como VENAS, JUNG FOOD (sueños), los relacionados con la actividad del Cervantes en su sede en China y los cuentos del Pez Fruta.El blog cumplió tres años el 27 de junio.Retiré todo lo que publiqué el primer año porque de esos texto nació una novela que acabo de terminar de escribir.Se titula Detrás del Atlántico.También retiré las entregas de Jelly Beans.(Las trabajo para papel).La experiencia de estos tres años ha sido enriquecedora.Me ha llenado de sorpresas agradables.El trato con el lector no ha supuesto problemas.Al principio contestaba los comentarios pero decidí dejar de hacerlo porque sentí que no debía comentar mi propia ficción.Escritura Digital, Escritura en papel.Paralelamente al blog, escribo para papel.Y en el ejercicio diario de ambas actividades noto que la escritura para internet es diferente a la que se hace para el papel. Cuando escribo para el papel siento que escribo a ciegas. Aunque mi escritura se caracteriza por la frase corta, cuando escribo en el papel, voy en largo. Los textos digitales se caracterizan por su fragmentación.* La escritura para el papel es un acto íntimo, silencioso, introspectivo. La escritura para el blog es (aunque se hace a solas) una escritura abierta, llena de sonidos (en ocasiones de ruido, de estruendo), efectista, corta, concentrada y quizá, prudente. Digo esto último porque en el papel siento más libertad que en el blog.La presencia activa del autor en el blog tiene ventajas y desventajas.Una de las desventajas es que en ocasiones, el lector asocia lo que se publica con la figura de quien escribe.En mi caso firmo con mi nombre real pero no escribo un diario ni hablo de temas personales.La figura del autor y su intimidad despierta un cierto interés. El lector aspira a leer no sólo los textos del autor sino al autor mismo.Por eso, aunque intento que nada condicione mi escritura, he de reconocer que cuando escribo en abierto soy más cauta que cuando escribo a ciegas.* La escritura para el papel es bidimensional.El autor escribe sobre una superficie plana.Debajo del papel no hay nada.Media un lapso determinado de tiempo desde que se concibe el relato hasta que se publica para que el lector lo reciba.Una vez que el lector se aproxima al texto hace una lectura personal, probablemente con anotaciones en las páginas, de la que el autor no tendrá conocimiento.La escritura para el blog en cambio es multidimensional.El autor escribe sobre una superficie penetrable, líquida, traslúcida.Detrás está el lector, esperando.Lee y comenta.El autor lee a su lector.Lee su comentario, lee su perfil, tantea su blog si lo tiene.Yo me miro en el lector y el lector se mira en mí.Los comentarios que se hacen en un blog equivalen a las notas que escribimos en un libro que leemos.Incluso el subrayado existe.Hace pocos días uno de los fundadores de twitter decía que el ser humano tiene una necesidad imperiosa de informar de sí mismo.Yo añadiría que también necesita leerse en la letra ajena.Lo que se escribe en la superficie del blog es ficción.Lo que se escribe debajo, en los comentarios, también lo es, porque de algún modo, el bloguero es un personaje.La realidad virtual lo inviste como tal.* El tiempo en el blog tiene un papel primordial.La inmediatez.Mientras más rápido, más instantáneo, mejor.La moderación de comentarios, la exigencia de una palabra clave para evitar el spam, las entradas programadas, le restan velocidad al blog.Y aquí la vida se mide en términos de velocidad.El blog debe palpitar.Un bloguero habló una vez de que hay que escribir como si el autor estuviera muerto.Yo difiero.Creo que eso funciona quizá en el papel, no en el formato digital.El lector quiere contacto con el escritor, saber que detrás de cada relato está respirando el autor.La ficción que se escribe en un blog es ficción en tiempo real. Una escritura con respuesta que se produce desde la anulación las fronteras espacio temporales. Se agotan los paralelos, los husos horarios.* Vivimos tiempos en los que el ojo nos mira constante.Cámaras que vigilan espacios públicos, espacios privados, centros infantiles, cámaras que aman, cámaras que observan la literatura que se hace en un blog desde su génesis, que observan el crecimiento de la letra, que caminan junto a la palabra.El blog es una cámara más.Observamos la vida de la letra del otro. Por eso el cierre de un blog desconcierta, desorienta.Creo que por la vinculación tan estrecha con la realidad, el cierre de estos espacios de ficción y autoficción se vive como una muerte.Ventajas que son desventajas o viceversa* La aspiración de todo escritor es ser leído.A mayor número de lectores mayor placer.Una de las ventajas del blog es esa: es un vehículo que propaga la escritura.Es accesible y cómodo.La accesibilidad se convierte en una desventaja cuando, ante la falta de legislación, los textos son plagiados.* El hecho de que el formato entrañe periodicidad es una ventaja porque obliga a la escritura, la disciplina, mantiene la mano caliente y ligera.Esto se transforma en desventaja porque también supone una obligación.Si no se controla, el escritor del blog secuestra el tiempo del escritor de papel.* La respuesta del público es un estímulo que activa la creatividad.En ocasiones, esa respuesta viene con una sobrecarga emocional.Si no se administra la distancia ante esa emoción, el estímulo activa la parálisis.* Lo que sucede en los blogs es fiel reflejo de lo que sucede en los libros.¿Hay literatura en los blogs? Por supuesto. Tanto como en el papel.¿Hay escritura mediocre en los blogs? Absolutamente. Igual que en el papel.¿Hay falso halago, se llama escritor a quien no lo es, se encumbran textos carentes de calidad? La respuesta es la misma.Y en cuanto al plagio, la ventaja del blog con respecto al libro, vuelve a ser la velocidad. Se descubre más rápido y se denuncia de inmediato.El Blog…¿es un género o un canal?Ambos.La plataforma es un canal.El entorno en el que se encuentra propone y permite un tipo de escritura que podría ser considerada como un género.El hipertexto de ficción, ese texto que incorpora recursos verbales y no verbales, que admite los lenguajes invadidos, que diluye la frontera entre los géneros, que plantea un cabotaje universal en un mar lleno de letras fragmentadas (entradas) y de islas (enlaces) que son sumideros que conducen a otras ficciones y éstas a otras y a otras y a otras.¿El camino hacia dónde?El universo blog está hecho de mares.Navegamos, atracamos, miramos y seguimos.Los textos se encuentran en las profundidades del agua.Publicar significa cortar la cuerda que los mantiene abajo y dejar que suban a la superficie.Cada texto es una piedra flotante.La suma de los textos hace caminos. El camino del escritor.El camino del lector. Caminos variantes.Dispuse a gusto mis piedras flotantes haciendo con ellas un itinerario.Las piedras se dejaron llevar por la corriente y la ruta trazada se bifurcó dando lugar a más de un derrotero.Uno de ellos me condujo a la novela que acabo de escribir.Otro me trajo hasta aquí.Para saber a dónde lleva el resto habrá que transitarlos.En eso estamos

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